Casas de piedra en galicia
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El noroeste de España y más concretamente Galicia es un paraíso para los amantes de la tranquilidad y de un estilo de vida diferente, y de vivir auténticamente en comunidades rurales. En definitiva una forma de vida más cercana a sus orígenes naturales, viviendo en casas de piedra como hace años. Realmente la restauración de las casas antiguas no es excesivamente cara, las paredes son normalmente sólidas y esto hace que la restauración sea mucho más fácil.
Mark trabaja en la Galicia rural desde hace unas décadas en contacto directo con sus gentes y su cultura. Ahora se siente completamente gallego. Habla varios idiomas incluyendo el gallego (con un ligero acento de Manchester…) Así que tienes la oportunidad de tener un guía, alguien que te ayudará a encontrar tu futuro hogar, un experto amigable que te ayudará a controlar la restauración de tus casas y seguramente un amigo en el futuro.
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Un hórreo es un granero típico del noroeste de la Península Ibérica (principalmente Galicia, donde podría llamarse hórreo gallego, Asturias y norte de Portugal), construido en madera o piedra, elevado del suelo (para que no entren los roedores) por pilares (pegollos en asturiano, pegoyos en cántabro, esteos en gallego, espigueiros en portugués, abearriak en vasco) que terminan en piedras planas (vira-ratos en gallego, mueles o tornarratos en asturiano, o zubiluzea en vasco) para impedir el acceso de los roedores. La ventilación la permiten las rendijas de sus paredes.
Los hórreos se encuentran principalmente en el noroeste de España (Galicia y Asturias) y en el norte de Portugal. Existen dos tipos principales de hórreo, el de forma rectangular, el más extendido, que suele encontrarse en Galicia y zonas costeras de Asturias; y los hórreos de forma cuadrada de Asturias, León, oeste de Cantabria y este de Galicia.
El documento más antiguo que contiene una imagen de un hórreo son las Cantigas de Santa María de Alfonso X «El Sabio» (canto CLXXXVII) del siglo XIII. En esta representación se ilustran tres hórreos rectangulares de estilo gótico[2].
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Rústico gallego
La excavación de un emplazamiento de esta manera significaba que los muros de piedra podían construirse (e invariablemente se construían) directamente sobre el suelo sin cimientos; si se hubiera construido el suelo artificialmente, se habría compactado bajo el peso de los muros de piedra y el edificio probablemente se habría derrumbado, ya que los muros de piedra tienen muy poca tolerancia al movimiento.
La naturaleza del corte en la tierra de los emplazamientos típicos significa que la mayoría de los edificios antiguos gallegos tienen ventanas y puertas en un solo lado de la planta baja, y por lo tanto poca iluminación natural. También tienen importantes problemas de humedad en la planta baja. Por esta razón y por motivos de seguridad (incluso los edificios gallegos modernos tienden a estar ligeramente fortificados a pesar de los bajos índices de criminalidad), la planta baja solía albergar la cocina/comedor y el establo para los animales, mientras que los dormitorios se encontraban en las plantas superiores.
Por casualidad, esta disposición también ayudaba a reducir los efectos del problema del radón en Galicia: tanto la cocina como el establo solían tener altos niveles de ventilación, por lo que cualquier gas que se filtrara en el edificio desde el suelo normalmente se dispersaba con demasiada rapidez como para permitir la acumulación de una concentración suficiente como para plantear riesgos para la salud.
